Acrilicos

Llegó el momento de subir el nivel. Aún no tenía nuevo profesor. El trabajo de mi marido me había llevado a vivir a Bahrain, empezaba a tomarle el pulso al país, pero mi gusanillo artístico no podía parar. Busqué clases on line, ninguna me llamó la atención, pero si encontré tutoriales y me lancé. Descubrí otro mundo, otra textura, un lugar donde tu imaginación tenía cabida. Lo que no me gustó fue lo rápido que se secaba, no te daba a penas tiempo de moldear los trazos que dabas sobre el lienzo.